La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha avisado de que el consumo de tabaco y la exposición al humo de tabaco ajeno provocan cerca del 12% de las muertes por cardiopatías y ha solicitado a los países el impulso de más políticas de prevención del hábito tabáquico.
El Día Mundial Sin Tabaco, que se celebra hoy 31 de mayo, está dedicado a “Tabaco y cardiopatías” bajo el lema «El tabaco rompe corazones», y en la jornada se hace hincapié en que el consumo de cigarrillos es la segunda causa de enfermedades cardiovasculares, por detrás de la hipertensión arterial.
No obstante, y pesar de que se conocen bien los daños para la salud cardiaca que provoca y de la disponibilidad de soluciones para reducir la morbimortalidad que ocasiona, amplios sectores de la población desconocen que es una de las principales causas de las enfermedades cardiovasculares.
Además, se calcula que el tabaco causa cada año más de 7 millones de defunciones, 900.000 de las cuales corresponden a personas fumadores pasivos. Cerca del 80% de los más de 1.000 millones de fumadores que hay en el mundo viven en países de ingresos medianos y bajos, que son los que soportan la mayor carga de enfermedad relacionada con este producto.
Precisamente por ello, la OMS está llevando a cabo el programa Mpower, en el que se destaca la necesidad de vigilar el consumo de tabaco y aplicar políticas preventivas; y proteger a la población de la exposición al humo del tabaco prohibiendo el consumo de este producto en los espacios públicos cerrados, los lugares de trabajo y los transportes públicos.
Al mismo tiempo, el organismo aboga por prestar apoyo para abandonar el hábito tabáquico mediante ayudas generalizadas a todos los fumadores y con cobertura de costos, que incluyan un breve asesoramiento ofrecido por trabajadores sanitarios y líneas telefónicas nacionales de ayuda, sin costo para el usuario.
El programa solicita también advertir de los peligros del tabaco utilizando un empaquetado neutro/normalizado y/o grandes advertencias sanitarias gráficas en todos los paquetes de tabaco, y llevar a cabo campañas eficaces en los medios de comunicación para advertir a la población de los daños que causa el consumo de este producto y la exposición al humo de tabaco ajeno; prohibir toda forma de publicidad, promoción y patrocinio del tabaco; y los impuestos a los productos de tabaco y hacer que sean menos asequibles.