Evitar al alcohol reduce el riesgo de fibrilación auricular

Mientras más tiempo se abstiene de beber alcohol, más bajo es su riesgo de un trastorno común del ritmo cardiaco.

Ese es el mensaje de un nuevo estudio a largo plazo que examinó el consumo de alcohol y la fibrilación auricular. La fibrilación auricular ocurre cuando los impulsos eléctricos de las cámaras superiores del corazón son caóticos y provocan un latido cardiaco irregular, lo que aumenta el riesgo de coágulos sanguíneos que pueden provocar accidentes cerebrovasculares y ataques cardiacos.

Uno de cada cuatro adultos mayores de 40 años tiene un riesgo de fibrilación auricular, y casi 6 millones de personas de Estados Unidos podrían sufrir de la afección en el 2050.

Pero los investigadores de la Universidad de California de San Francisco (UCSF) encontraron que por cada década de abstinencia del alcohol, el riesgo de fibrilación auricular se reducía en un 20 por ciento, independientemente del tipo de alcohol.

El estudio incluyó datos sobre el riesgo cardiaco recolectados a lo largo de 25 años de más de 15,000 adultos estadounidenses.

Los que habían bebido en el pasado tenían un riesgo más alto de fibrilación auricular, encontraron los investigadores. Cada década adicional de consumo de alcohol en el pasado se asoció con un riesgo un 13 por ciento más alto de fibrilación auricular, y cada bebida adicional por día durante el consumo anterior se asoció con un aumento del 4 por ciento en el riesgo.

«En una enfermedad que afecta a millones y que es una de las causas más importantes del accidente cerebrovascular, identificar factores de riesgo modificables es particularmente importante», enfatizó el autor principal del estudio, el Dr. Gregory Marcus, en un comunicado de prensa de la UCSF. Marcus es director de investigación clínica en la división de cardiología de la universidad.

«Las investigaciones futuras podrían ayudar a identificar a los pacientes que sean particularmente propensos a la [fibrilación auricular] relacionada con el alcohol, y cuando se haga esto, la consejería dirigida a esos pacientes podría ser particularmente efectiva», añadió.

«Nuestros hallazgos sugieren que quizá el alcohol tenga unos efectos de remodelado crónico en el corazón que no dependan del alcohol como desencadenante agudo, y se necesitan más investigaciones sobre el motivo de que esto ocurra», concluyó Marcus.

La tuberculosis mata a 5.000 personas cada día

Más de 4 millones de afectados están sin diagnóstico.

La tuberculosis es una de las 10 principales causas de mortalidad en el mundo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) que estima que mata a 5.000 personas cada día, unos 10,4 millones de personas al año, mientras que un tercio de los infectados, unos 4,3 millones, se encuentran sin diagnóstico ni tratamiento.

La organización, que acaba de publicar una guía ética para proteger los derechos de los pacientes, pretende ayudar a los países que aplican la estrategia contra la enfermedad a proteger los derechos de todos los afectados.

«La tuberculosis ataca a algunas de las personas más pobres del mundo, las que se encuentran en la situación más difícil», ha señalado la Dra. Margaret Chan, directora general de la OMS, quien ha denunciado la situación de vulnerabilidad de migrantes, refugiados, prisioneros, minorías étnicas, y mujeres, niños y personas mayores marginadas.

La pobreza, la desnutrición, la mala vivienda y saneamiento, agravada por otros factores de riesgo como el VIH, el tabaco, el alcohol y la diabetes, pueden poner a las personas en mayor riesgo de TB y hacer más difícil su acceso a la atención. «La discriminación y otras barreras que impiden que muchas de estas personas obtengan los servicios que tanto necesitan», ha añadido Chan.

La nueva orientación ética de la OMS aborda temas polémicos tales como el aislamiento de los pacientes contagiosos, los derechos de los pacientes con tuberculosis en la prisión, las políticas discriminatorias contra los migrantes afectados por la tuberculosis, entre otros. Se hace hincapié en cinco obligaciones éticas clave para los gobiernos, sanitarios, organizaciones no gubernamentales, investigadores, etc.

Así, aboga por proporcionar a los pacientes el apoyo social que necesitan; abstenerse de aislar a los pacientes de tuberculosis antes de agotar todas las opciones para permitir la adherencia al tratamiento y sólo bajo condiciones muy específicas; y permitir a poblaciones en riesgo el acceso al mismo nivel de atención que se ofrece a otros ciudadanos; seguridad para los sanitarios y compartir las evidencias científicas relacionadas con la tuberculosis.

«Sólo cuando intervenciones eficaces basadas en la evidencia son informadas en un marco ético sólido, y con el respeto a los derechos humanos, vamos a tener éxito en lograr nuestros ambiciosos objetivos de poner fin a la epidemia y conseguir la cobertura universal de salud», ha explicado el Dr. Mario Raviglione, director del Programa Mundial de la OMS para la Tuberculosis.

La guía «tiene como objetivo identificar los dilemas éticos a los que nos enfrentamos en la prestación de atención de la tuberculosis, y pone de relieve las acciones clave que se pueden tomar para hacer frente a ellos», ha añadido.