EPOC, seguimiento y reingresos hospitalarios.

La partida más importante dirigida al abordaje de una enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) corresponde a los gastos hospitalarios tras una exacerbación pero la ausencia de programas de seguimiento de estos pacientes tras el alta hospitalaria hace que tengan un riesgo mucho mayor de volver a ser ingresados.

Así lo han destacado diferentes expertos durante un encuentro organizado por la Sociedad Española de Directivos de la Salud (SEDISA), en la que han recordado que esta enfermedad conlleva un gasto de unos 3.000 millones de euros anuales, el 2% de todo el presupuesto sanitario en España.

«Se trata de una patología progresiva e invalidante, con frecuentes manifestaciones extrapulmonares y comorbilidades asociadas, de forma que se producen 18.000 muertes por EPOC cada año», ha lamentado Julio Ancochea, jefe del Servicio de Neumología del Hospital Universitario La Princesa de Madrid.

Durante el encuentro han destacado que el seguimiento tras el alta hospitalaria es uno de los factores predictivos de reingreso más importantes. Sin embargo, las prestaciones sanitarias y el grado de control de éstas en terapias respiratorias domiciliarias son diferentes en las comunidades autónomas, con distintos modelos económicos y de licitación y, en general, las prestaciones son insuficientes para el paciente complejo con EPOC.

En este marco, una herramienta valorada como fundamental por neumólogos, gerentes de hospital y directivos de la salud en general es la puesta en marcha de programas que integren terapia y seguimiento y que permitan mejorar la calidad de vida de los pacientes y reducir los ingresos y exacerbaciones, lo que implica, asimismo, una reducción de costes.

«La detección precoz de las exacerbaciones gracias a monitorización remota continua y la formación y empoderamiento del paciente, junto con el tratamiento domiciliario temprano a través de equipos asistenciales entrenados», ha destacado Iñaki Martín, director general de Care4Chronics, que ha diseñado el programa ‘ALerta’ para solventar estos problemas.

¿Qué me pasa doctor?

Millones de potenciales pacientes, algunos solo son curiosos, acuden a diario a su consulta, la cual está abierta mañana y noche, no te hace esperar, no tiene mala cara, ni buena, te contesta solo a lo que le preguntas y a veces no se hace comprender bien del todo, el Dr. Google, es el médico más famoso del mundo, su consulta la más exitosa.

Tal vez necesites contarle las cosas además de con calma con mucha precisión, darle bien tus síntomas, tus quejas, incluso seguro que admite que le muestres alguna foto, de alguna mancha, o incluso de alguna radiografía y él podrá compararla con las millones que tiene en su gran base de datos.

El Dr. Google aunque no ha hecho la carrera de Medicina, ni siquiera ha pasado exámenes de cualificación, es un auténtico gurú y tú el paciente más fiel.

Todos hemos oído hablar a amigos y conocidos de las personas hipocondriacas, en las consultas reales en el día a día de nuestra práctica médica, nos los topamos con cierta frecuencia.

Con seguridad que ellos y muchos otros curiosos o “quasi” hipocondriacos, antes de ir a su médico,  ya han consultado al Dr, Google, la información recibida, escueta, a veces dramática, suele aumentar su grado de incertidumbre e inseguridad.

Los así llamados cibercondriacos, creen que esta información es la buena, incluso a veces la única, sin reparar que este “ doctor” ni conoce sus antecedentes, su historial previo, sus múltiples factores concomitantes que agravan o mitigan cualquier problema de salud.

Es humano a tener miedo de forma inconsciente a padecer una enfermedad grave, pero cuando ocurra recordemos “Los hombres conocen antes la necesidad de curar sus enfermedades que sus errores” (Benjamín Franklin)

Finalmente y parece de sentido común , si siente algún problema en relación con su salud, debe consultar a un profesional, quien seguro le aconsejará lo más adecuado, recuerde que el ejercicio de la medicina no debe banalizarse, requiere conocimientos, actualización, entrenamiento, experiencia y altas dosis de ética profesional.

Y en lo posible dentro de lo que de usted dependa prevéngase de las enfermedades, practicando hábitos saludables.