Futuros neumólogos españoles

La creación del Espacio Europeo de Educación Superior (EEES), trataba de armonizar los programas formativos de las universidades europeas para homogeneizar los conocimientos, capacidades y habilidades necesarios para el desarrollo profesional. Transcurridos 17 años desde la Declaración de Bolonia1, que puso en marcha el proceso, es hora de preguntarse si se han alcanzado dichos objetivos y, en lo que respecta a la formación de los médicos, parece obvio que la respuesta es no.

Las facultades de medicina españolas no solo no han aprovechado la oportunidad para homogeneizar sus planes de estudio y los programas docentes, sino que la disparidad ha aumentado considerablemente2. Ello ha desembocado en planes que responden más al poder de las áreas de conocimiento o departamentos de cada facultad2, que a un análisis serio de los contenidos necesarios para formar a nuestros estudiantes de medicina, que deben ser los mismos en todas las facultades. La situación actual de oportunidad perdida se aproxima bastante a la previsión de Lobato et al.3 en 2010.

Y por lo que respecta a la enseñanza de los contenidos del aparato respiratorio ¿Qué ha sucedido? ¿Existe mayor homogeneidad en la enseñanza de nuestras disciplinas que en otras áreas de conocimiento? Los contenidos teóricos y prácticos referidos a las enfermedades del aparato respiratorio no han salido bien parados en los planes docentes de la mayoría de las universidades españolas, y tiene un peso inferior al que les correspondería según la importancia de las enfermedades respiratorias, siempre que esta se valore por la prevalencia, y el impacto de las mismas en la salud de los ciudadanos. En la mayoría de las universidades, el número de ECTS que se adjudican es de 4, muy inferior al de otras disciplinas similares.

Hay una gran diversidad en lo que se refiere a los contenidos teóricos y prácticos que se imparten, y son pocas las universidades en las que tienen un lugar propio y menos aun en las que existe una integración completa de los contenidos médico-quirúrgicos, y son más en las que se imparten dentro de espacios compartidos bajo la denominación de patología médica o patología médico-quirúrgica. Cuando la asignatura no tiene un espacio propio existe el riesgo de que las enseñanzas de otros aparatos o sistemas adquieran mayor peso, aunque sean menos prevalentes. La formación clínica es la piedra angular de la enseñanza de la medicina4 y, aunque parece existir mayor uniformidad en la formación práctica, resulta evidente que está condicionada según los servicios por los que rote cada alumno.

A pesar de las dificultades que plantea, sería preciso realizar un análisis riguroso de los planes de estudio de las distintas universidades españolas, en lo que a la enseñanza de la patología del aparato respiratorio se refiere, para posteriormente impulsar mecanismos de colaboración que pueden ir desde la homogenización de los programas docentes de las distintas facultades (sin necesidad de esperar modificaciones legales que no son necesarias para ello), hasta la creación de instrumentos docentes comunes o el intercambio de profesores entre las distintas universidades. Este es un aspecto que no ha sido abordado por ninguna de las distintas sociedades científicas, mucho más implicadas en la práctica clínica habitual que en la enseñanza de esa práctica (parece como si la formación de grado fuera algo ajeno a dichas sociedades), aunque sí existen algunas publicaciones reflexionando acerca de la enseñanza de la patología general5 o la pediatría6, por ejemplo. La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) tiene una gran oportunidad de poner en marcha una reflexión sobre el tema pero, para ello es necesario asumir que el futuro de la especialidad no se juega solo en las preferencias de los MIR a la hora de elegir especialidad7,8, sino que se determina mucho antes en la forma de enseñar la patología del aparato respiratorio durante los estudios de grado.

En un artículo publicado por Villena y Álvarez-Sala en Archivos de Bronconeumología9 en 2007 que realizaba un análisis DAFO sobre la neumología en España se señalaba como «una amenaza para la especialidad la dificultad de los estudiantes de pregrado de acceder a una docencia de la patología respiratoria impartida por los propios neumólogos, que es posible que se traduzca negativamente en el posgrado inmediato, a la hora de elegir la especialidad que desea realizarse». Este problema puede haberse acentuado con los recortes de profesorado aplicados a la universidad.

El futuro de cualquier especialidad viene determinado por su importancia para resolver los problemas de salud de la sociedad para la que trabaja, y por el sistema de selección de los graduados que acceden a los puestos de residencia, pero también por el funcionamiento curricular en las facultades de medicina, incluyendo la manera de estudiar y aprender del estudiante, y la actitud docente del profesorado y su motivación para perseguir la innovación curricular. La docencia de pregrado se debe ver como una oportunidad para la neumología9, y es un reto para la SEPAR, que debería otorgar a la presencia de la neumología y cirugía torácica en la universidad, una mayor importancia de la que le concede hasta ahora.

Mejorar la relación con los estudiantes para conseguir que aumente su conocimiento de los contenidos y de las competencias de la neumología es una buena política, estrechar lazos con las sociedades profesionales de estudiantes como el Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina (CEEM), como se ha hecho en los últimos años es interesante, pero claramente insuficiente.

SEPAR debería desarrollar nuevas y rigurosas líneas de trabajo para la actuación docente en el grado. Previamente es preciso realizar un análisis riguroso de la situación actual, con herramientas de trabajo fiables, como podría ser el método Delphi, que identifique problemas y áreas de mejora con relación a la enseñanza de la neumología y cirugía torácica en el grado, para posteriormente ofrecer desde la propia SEPAR una respuesta adecuada a los problemas que se detecten. Es precisa una respuesta organizada, estable y entusiasta. El futuro de la especialidad comienza en la universidad

Tomado de la revista Archivos de Bronconeumología. La enseñanza de la neumología en las facultades de medicina y el futuro de la especialidad . Miguel Barrueco Ferrero Servicio de Neumología, Hospital Universitario de Salamanca, Universidad de Salamanca, Salamanca, España

 

La EPOC en mujeres y hombres

Existe una creciente evidencia que demuestra que las diferencias de sexo afectan a la expresión clínica de la enfermedad obstructiva crónica (EPOC). En el estudio EPI-SCAN, las mujeres con EPOC registraban el mismo nivel de síntomas respiratorios y gravedad espirométrica que los hombres con EPOC, a pesar de que eran más jóvenes, tenían menor exposición tabáquica y además referían mejor nivel de estudios. Asimismo, diferentes estudios epidemiológicos realizados en España (IBERPOC, EPISCAN) demuestran que la prevalencia de la enfermedad va en aumento en relación a las mujeres y que el porcentaje de infradiagnóstico es mayor igualmente entre las mujeres. “Extrapolando las tasas de prevalencia y infradiagnóstico de la EPOC a la población, se estima que, en España, entre la población femenina con edades entre 40 y 80 años, 628.102 mujeres sufrirían EPOC, de las cuales 540.168 aún estarían sin diagnosticar”, asegura el Dr. Ciro Casanova, coordinador del Área EPOC de SEPAR (Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica).

Según el estudio EPISCAN, el infradiagnóstico de EPOC en mujeres es del 86%,
mientras que en los hombres alcanza el 67%. El infradiagnóstico de la EPOC en las mujeres y las estrategias de abordaje de este importante problema de salud en la población femenina se
abordarán en XIX Reunión de Invierno Conjunta de las Áreas SEPAR, que se celebrará los días 20 y 21 de noviembre en Alcalá de Henares.

En España, cada año mueren más de 18.000 personas debido a la EPOC, de las cuales una cuarta parte (más de 4.500) son mujeres. El principal factor desencadenante de la EPOC en España es el tabaco. En este sentido y según la Encuesta Nacional de la Encuesta de Salud Europea 2014, en España fuma el 27,6 % de los varones y el 18, 6 % de mujeres. El hecho de ser mujer se asocia de forma significativa e independiente a un mayor riesgo de no estar diagnosticada de EPOC previamente. “El perfil de la paciente con EPOC en España responde a mujeres que fuman o han fumado, tienen una mejor función pulmonar que los hombres con la misma enfermedad, pero que expresan más frecuentemente síntomas asociados a la misma”, explica el Dr. Juan Pablo de Torres, neumólogo y miembro de SEPAR. “En las mujeres, la EPOC también se asocia con mayor frecuencia a la presencia de ansiedad y la depresión que también están infradiagnosticadas”, añade. A pesar de esta situación, existen pocos datos respecto a la distribución y a las características de las mujeres que sufren EPOC, en comparación con otras enfermedades crónicas. Para avanzar en la implementación de estrategias que mejoren el índice de infradiagnóstico actual es necesario invertir en el desarrollo de estudios que añadan más conocimiento científico sobre la influencia del sexo en la expresión clínica de la EPOC.

“Las mujeres son ya y serán cada vez más motivo de atención médica por EPOC”, explica el Dr. Casanova. A lo que añade, “este incremento requiere establecer unas estrategias de diagnóstico precoz adaptadas a la sintomatología específica de las mujeres. La monitorización de los factores de riesgo y la generación de nuevos datos epidemiológicos de EPOC y sus determinantes por sexos deben considerarse como una prioridad de investigación en España”.

Las investigaciones realizadas sobre la caracterización de la EPOC por sexos resaltan que el índice de masa corporal, el nivel de obstrucción pulmonar, la disnea y la capacidad de ejercicio son los indicadores clave para conocer el riesgo de mortalidad en mujeres. Se necesitan estudios específicos en mujeres con EPOC que confirmen la eficacia de los fármacos más utilizados para el tratamiento de la enfermedad así como la implementación de terapias no farmacológicas como la rehabilitación pulmonar que podrían ser especialmente efectivas en ellas. Para el adecuado manejo de esta enfermedad respiratoria en pacientes femeninas debe existir una mayor atención a las comorbilidades más frecuentemente asociada como la osteoporosis, la ansiedad y la depresión. “La percepción general de los médicos frente a las mujeres con síntomas respiratorios y la sospecha de EPOC debe mejorar. Es necesario llevar a cabo más acciones formativas y divulgativas sobre la importancia y las características diferenciales de la EPOC en mujeres con el objetivo de reducir el infra diagnóstico y su infratratamiento”.