Fumadores sociales. Riesgos.

Los médicos deben esforzarse por identificar a los fumadores sociales y ofrecerles consejos y herramientas para dejar de fumar. Lo cual está de acuerdo  con un nuevo estudio publicado en la revista American Journal of Health Promotion abarcó a  casi 40.000 personas, los autores encontraron que los riesgos para la hipertensión y el colesterol elevado eran similares entre los fumadores sociales y los fumadores diarios.
Los autores del estudio dicen que los hallazgos tienen implicaciones para la práctica clínica y la salud de la población, y deben impulsar una nueva reflexión sobre cómo se les pregunta a los pacientes acerca de sus hábitos de fumar.

«Esta ha sido una parte bastante descuidada de la población. Sabemos que el fumar regular es una adicción, pero los médicos no suelen preguntar sobre el tabaquismo social «, dijo la autora Bernadette Melnyk. «La pregunta típica es» ¿Fumas ? «Y los fumadores sociales suelen decir ‘No'».
En su lugar, los autores dicen preguntas como «¿Alguna vez ha fumado cigarrillos o ha usado tabaco en situaciones sociales como en bares, fiestas, eventos de trabajo o reuniones familiares?» O «¿Cuándo fue la última vez que fumó un cigarrillo o fumó tabaco con amigos ? «Puede ayudar a identificar a los fumadores sociales para que puedan ser aconsejados sobre el riesgo de fumar social y los beneficios de dejar de fumar.

En nuestra consulta ayudamos a los fumadores a abandonar el hábito.

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Los Omeprazoles

Los inhibidores de la bomba de protones (PPI, por sus siglas en inglés) son los medicamentos más eficaces que existen para el tratamiento del reflujo ácido crónico (enfermedad de reflujo gastroesofágico o ERGE) y de la úlcera péptica. Su funcionamiento consiste en bloquear la producción de ácido estomacal, puesto que mucha cantidad de éste puede provocar una sensación de ardor en el pecho o la garganta (acidez estomacal), además de brindar al tejido esofágico dañado la oportunidad de sanar.

Los inhibidores de la bomba de protones pueden presentarse con potencia de prescripción y de no prescripción. Lo más común es tomar estos medicamentos en forma de pastilla, una vez al día y normalmente alrededor de una hora antes del desayuno. Los inhibidores de la bomba de protones generalmente son seguros cuando se toman según las instrucciones, pero al igual que todos los medicamentos, también conllevan posibles riesgos.

El consumo a largo plazo de los inhibidores de la bomba de protones se ha vinculado con mayor riesgo de infecciones, tales como neumonía y un tipo de diarrea asociado a los antibióticos y producto de la bacteria Clostridium difficile (C. difficile). Sin embargo, no se ha comprobado si los inhibidores de la bomba de protones son los responsables directos de esto.

Un reciente estudio realizado por los médicos de Mayo Clinic descubrió que con el transcurso del tiempo, los inhibidores de la bomba de protones puede cambiar el ambiente intestinal porque reducen la diversidad de las bacterias inocuas (microbioma) que normalmente habitan en el intestino. Estas bacterias ayudan a digerir la comida, absorber las vitaminas y realizar otras funciones corporales sanas.

Perder la diversidad bacteriana puede facilitar la multiplicación de microbios menos favorables, como el  C. difficile, y provocar una infección. Cuando se toma antibióticos a menudo y también se requiere tratamiento para los síntomas de reflujo, recurrir a otro tipo de antiácido —como el antagonista de la histamina (H-2)— puede reducir el riesgo de diarrea. Conocer el historial de salud permitirá al médico tomar la mejor decisión respecto a la necesidad de administrar un inhibidor de la bomba de protones y durante cuánto tiempo.

La menor cantidad de ácido estomacal también puede hacer más difícil para el cuerpo absorber nutrientes como el magnesio, el hierro, la vitamina B12 y el calcio.

Las pruebas sugieren que entre los ancianos, existe una vinculación entre el consumo del inhibidor de la bomba de protones y mayor riesgo para fracturas óseas, aunque esto normalmente ocurre en quienes ya corren más riesgo debido a otras afecciones. En muchos casos, un suplemento puede permitir corregir las deficiencias nutritivas. (Adaptado de  Mayo Clinic Health Letter).

 

La Asbestosis

( Tomado de los Autores Dres. Martinez González Cristina y Rego Fernández Gumersindo del I.N. Silicosis publicado en Archivos de Bronconeumologia Vol. 36 nº 11, 2000 )

La asbestosis es la fibrosis pulmonar por asbesto y es una de las neumoconiosis más frecuentes en determinadas regiones. En el Reino Unido (1989), se encontró una proporción de 22 casos por millón en población trabajadora y de 100 por millón en industrias de la construcción y de procesos eléctricos

Asbesto es el nombre genérico de silicatos hidratados con morfología fibrosa (relación longitud/anchura = 3) y gran resistencia a agentes fisicoquímicos. Hay dos tipos: serpentinas, curvadas, flexibles que constituyen el asbesto blanco, de las que el crisotilo es el principal representante y supone el 90% del asbesto utilizado y anfiboles (crocidolita, amosita tremolita, etc.), y fibras rectas con mayor biopersistencia en el pulmón. Ambos tipos de fibras causan enfermedad pulmonar.

Las fuentes de exposición son labores relacionadas con la extracción del producto, transporte, uso y movilización del utilizado previamente: construcción (fibrocementos, aislamiento), industria naval, del automóvil, textil y aislamientos en general. Los familiares de los trabajadores pueden tener exposición secundaria o doméstica

Existe una exposición ambiental, sobre todo en países donde se extrae y procesa el material de asbesto, pero también donde se usa y se moviliza de lugares en que ha sido empleado

La asbestosis suele presentarse después de un período de inducción largo, con frecuencia de 20 o más años y con la clínica característica de las fibrosis pulmonares. El asbesto comparte los mecanismos de acción patógena que hemos expuesto para la sílice y constituye un excelente modelo para estudiar los mecanismos de fibrosis y carcinogénesis. Destaca su acción genotóxica de daño del ADN y el posible papel que tienen en este sentido los radicales oxidantes, en especial oxidrilo y especies reactivas de nitrógeno (RNS), catalizadas por el hierro de las fibra.

El diagnóstico de asbestosis se basa habitualmente en antecedentes de exposición a riesgo, período de latencia, hallazgos clínicos, funcionales y patrón intersticial en radiografía simple de tórax (opacidades s, t, u según la clasificación ILO). Cuantos más datos característicos de la enfermedad concurran, sobre todo el radiográfico, mayor certeza diagnóstica. En 1986 un comité de expertos estableció unos criterios diagnósticos que fueron validados posteriormente frente a la biopsia pulmonar

Se ha visto que la TCAR (Tomografía Axial Computerizada de Alta Resolución) permite detectar lesiones intersticiales tempranas en trabajadores con radiografía de tórax normal.

La presencia de cuerpos de asbesto en lavado broncoalveolar (BAL) es únicamente un indicador de exposición y su ausencia no descarta la enfermedad. Puede ser útil en caso de exposición dudosa y para detectar otras posibles enfermedades.

La presencia de fibras y cuerpos de asbesto en las lesiones inducidas por este agente, dependiendo de la cantidad, son un dato coadyuvante en el diagnóstico de la enfermedad. Sin embargo, al no disponer de terapia efectiva, la biopsia abierta y la toracoscopia deben reservarse para pacientes en los cuales se sospeche vasculitis o que se estén evaluando para trasplante. Es tambien conocida su asociacion con patologia pleural, placas pleurales y mesoteliomas malignos tumores a veces dificiles de diagnosticar pues se superponen histologicamente a los Adenocarcionomas de pulmón,  si bien hoy en dia con apropiados marcadores inmunohistoquimicos su diagnóstico se ha simplificado, al igual que el estudio del derrame pleural concomitante.