Dejar de fumar tiene beneficios, incluso en los últimos años de vida.
tabaco
La mayoría de los casos de cáncer de vejiga tienen una relación directa con el tabaco
Este tipo de tumor sería una enfermedad rara si la gente no fumara.
La mayoría de las veces se habla de la relación que existe entre el cáncer de pulmón y el tabaco, pero no de la que se da entre este y el cáncer de vejiga en el 90% de los casos diagnosticados, tanto que este tipo de tumor sería una enfermedad rara si la gente no fumara, según la oncóloga médica de MD Anderson Cancer Center Madrid, Pilar López Criado.
Esta relación sucede también con el cáncer de esófago, cabeza y cuello, pues dejar de fumar disminuiría los casos de este tipo de tumores. De hecho, esta sustancia es la causa de hasta 14 tipos de cánceres diferentes en fumadores activos, diez menos que en fumadores pasivos.
En esta línea, la Dra. López ha recordado la importancia de dejar de fumar, ya que «hoy sabemos que dejar este hábito es un factor de buen pronóstico que implica una mejor evolución del cáncer en términos de respuesta y supervivencia».
Incluso aunque el cáncer ya haya sido diagnosticado, dejar el tabaco es también importante, tanto que los pacientes oncológicos fumadores tienen un perfil genético completamente diferente al de los pacientes oncológicos no fumadores. «Cambia el perfil molecular, lo que tiene un impacto directo en los tratamientos. Por ejemplo, mientras que la inmunoterapia es más eficaz en pacientes fumadores porque son personas con mucha más carga de mutación, los tratamientos dirigidos a una alteración genética determinada son más habituales en pacientes no fumadores», ha señalado la especialista.
Igualmente, fumar durante el tratamiento oncológico implica «más dificultades» frente a un paciente no fumador, pues este todavía es «más duro», dado que la tolerancia a fármacos es peor, y son pacientes con una reserva pulmonar disminuida, por lo que no aguantan bien la radioterapia y tienen una incidencia mayor de problemas respiratorios e infecciones.
«Asimismo, se incrementan las complicaciones respiratorias, aumenta la incidencia de problemas en la boca (gingivitis, infecciones, etc.) y, normalmente, empeora también el estado nutricional del paciente», ha añadido la Dra. López.
Expertos aclaran que fumar porros «no tiene nada que ver» con el cannabis terapéutico
La administración fumada de cannabis es la forma más nociva de consumo.
El Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT) ha reunido a más de un centenar de expertos para dejar claro a la sociedad española que fumar porros «no tiene nada que ver» con el cannabis terapéutico, una «confusión» a la que atribuyen la baja percepción de riesgo del consumo de esta sustancia.
La iniciativa forma parte del proyecto ‘Evict’ (evidencia cannabis-tabaco), financiado por el Plan Nacional sobre Drogas, con el que pretenden alertan de que la administración fumada de cannabis es la forma más nociva de consumo y, a diferencia de otras vías, no tiene nada de terapéutica.
La mezcla de ambas sustancias es generalizada en España y, de hecho, un reciente estudio internacional apunta a que con más de un 80% de usuarios duales es el país donde más se mezclan ambas sustancias.
Y según ha reconocido la vicepresidenta del CNPT, Adelaida Lozano, «es en los adolescentes donde hay que centrar el esfuerzo para acabar con los falsos mitos asociados al consumo dual de ambas sustancias».
«El eslogan de ‘cannabis mortalidad cero’ es repetido por una industria cannábica en expansión y sin regulación legal y esta falacia acaba calando en la sociedad», ha añadido Joseba Zabala, integrante de este grupo de estudio.
La velocidad de absorción del tetrahidrocannabinol o THC (principal componente psicotrópico del cannabis por la vía fumada pulmonar), la combustión, el vehículo del humo y el hecho de mezclarlo con tabaco industrial convierten al porro en la forma más habitual, más rápida pero también más dañina de acceso al cannabis.
A nivel farmacológico, el consumo conjunto de cannabis y tabaco aumenta la probabilidad de desarrollar adicción y dependencia y una menor probabilidad de abstinencia a largo plazo que el uso por separado. La adicción al tabaco es el efecto no deseado más frecuente que afecta a las personas consumidoras de cannabis.
«Tanto la nicotina como el THC producen multitud de interacciones farmacológicas sobre el sistema nervioso central, aparato cardiovascular, respiratorio, digestivo e incluso endocrino que estamos tratando de identificar», ha apuntado la psicóloga Ana Esteban, que también ha reconocido que el consumo tabaco y cannabis vía fumada pulmonar hace que ambas sustancias compartan la misma patología bronco pulmonar incluido la bronquitis crónica y el cáncer de pulmón».
Así las cosas, el criterio de este colectivo de expertos es que transmitir a personas enfermas la idea de que los porros les van a curar, sería «un fraude sanitario y humano», puesto que «el cannabis, como cualquier droga, tiene su propia carga de enfermedad y de muerte que se dispara por el hecho de fumarla con tabaco».
Los neumólogos alertan del riesgo para la salud de las colillas
Es el tabaquismo «de cuarta mano».
La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) alerta de la contaminación ambiental y del riesgo para la salud de las colillas de cigarrillos, lo que se considera como el tabaquismo «de cuarta mano», ya que son la primera fuente de basura en el mundo y tardan entre 8 y 12 años en descomponerse.
Esta sociedad científica recuerda que cada año se consumen 6 trillones de cigarrillos y en el 64% de los casos se tiran al suelo de calles, parques, ríos, bosques o playas, lo que equivaldría a unos 4,5 trillones de colillas.
«Estos restos contaminan más que los envases de alimentos, botellas y otros plásticos», ha señalado José Ignacio de Granda, coordinador del Área de Tabaquismo de SEPAR, que alerta del impacto de este tabaquismo «de cuarta mano», detrás del consumo directo (primera mano), el tabaquismo pasivo (segunda mano) o los restos que el humo del tabaco deja en zonas donde se ha fumado (tercera mano).
Este experto ha recordado que los filtros de las boquillas de los cigarros acumulan parte de los componentes nocivos del tabaco y los libera en contacto con el agua, lo que supone una «grave amenaza para la biodiversidad» dado que esta contaminación puede acabar afectando a la cadena alimentaria.
Ante esta situación, desde SEPAR alertan a las autoridades sanitarias que tomen medidas frente a este problema y recuerda que algunos países como Australia o Nueva Zelanda tienen papeleras específicas para colillas mientras que algunas ciudades como París tienen multas específicas para quien las tira al suelo.
Asimismo, proponen obligar a la industria tabaquera a informar de los efectos nocivos de tirar las colillas al suelo o a hacer filtros biodegradables, una idea que no ha cuajado del todo porque parece no tener un saber muy atractivo para los consumidores.
En los últimos 50 años, prácticamente todos los cigarrillos que se venden llevan un filtro de acetato de celulosa, un componente fotodegradable pero no biodegradable, y aunque los rayos ultravioleta provenientes del sol pueden eventualmente romper el filtro en pequeñas piezas en condiciones ideales del medio ambiente, el material fuente nunca desaparece, y esencialmente se diluye en el agua y en el suelo.
De media, las colillas pierden un 37,8% de su masa inicial tras dos años de degradación, y se estima que pueden tardar en descomponerse totalmente entre 8 y 12 años.
El problema fundamental radica en la toxicidad que acumulan. El filtro de las colillas está diseñado para acumular los componentes del tabaco, incluidas las sustancias químicas más nocivas que son liberadas en contacto con el agua. Por tanto, cuando llegan a los ríos e incluso al mar, desprenden dichas sustancias, lo que supone una grave amenaza para la biodiversidad.
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Diez consejos para que dejar de fumar no se quede en un intento
Aunque los argumentos están claros, los fumadores tienen verdaderos problemas para cumplir su objetivo cuando se proponen dejar de fumar.
Cuando la gente deja el tabaco mejora la capacidad respiratoria y cardiaca; se reduce el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y pulmonares, como el cáncer de pulmón; mejoran el gusto y el olfato, y se produce un incremento de energía. Y también aporta beneficios para la salud de los que rodean a los fumadores, además del ahorro que supone también para las economías domésticas.
Pero aunque los argumentos están claros, los fumadores tienen verdaderos problemas para cumplir su objetivo cuando se proponen dejar de fumar. De hecho, una reciente encuesta de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (semFYC) muestra que hasta el 70% de los fumadores ha intentado al menos una vez dejar el tabaco, y un 29% ha hecho más de 3 intentos. Pero aun así, siguen fumando.
Por ello, y dado que no resulta un proceso fácil y no todos logran dejarlo de un día para otro, el Tobacco Control Research Branch del National Cancer Institute de Estados Unidos ofrece a través de su página web una serie de recomendaciones para que cualquier intento culmine con éxito en un abandono:
1. Lo primero es fijar una fecha para el último cigarrillo y decírsela a familiares y amigos. Tienes que mentalizarte y decidir qué día vas a dejar los cigarros y cumplir con esa fecha. Está comprobado que reducir la dosis y dejar el tabaco progresivamente acaba dificultando el hecho de dejarlo del todo y es mejor parar de golpe.
2. Evita buscar excusas para dejar de fumar. Son muchas las razones de peso para dejar el tabaquismo como tu salud, la de tus familiares y tu bolsillo. Si de verdad has considerado abandonar este hábito, no busques excusas fáciles para no hacerlo.
3. Debes tener una actitud positiva para dejar el tabaco. Hay que mantener el pensamiento de «quiero dejar de fumar» y evita pensamientos negativos y excusas que te dificulten el progreso. Te resultará más fácil si haces una lista con los puntos a favor de dejar los cigarros.
4. Busca apoyo en tus amigos y familia. En momentos que veas que tienes dificultades para aguantar sin fumar, habla con alguien de tu familia o con tus amistades para que te ayuden a pasar este momento. Además, en momentos así, debes leer la lista de cosas a favor que has hecho al empezar.
5. Evita las tentaciones quitando los ceniceros, los paquetes de tabaco y los encendedores de tu vista. Asimismo, si eres de los que tenía por costumbre fumar con el café o al beber alcohol estando de fiesta, te resultará más fácil el proceso si los evitas y cambias por zumos, refrescos y café descafeinado.
6. Bebe muchos líquidos, pues mantenerse hidratado y con la sensación de estómago lleno es uno de los mejores trucos para dejar de fumar. Se aconseja beber unos 1,5 litros de líquidos al día.
7. Si crees que te está costando lograrlo, no te rindas y aprovecha la ayuda de profesionales y de productos específicos para ayudar a dejar de fumar que encontrarás en las farmacias.
8. Mantente ocupado y activo, pues así pensarás mucho menos en el tabaco. Además, haciendo algo de ejercicio moderado diario estarás activándote, ocupándote y desintoxicando tu cuerpo.
9. Usa el dinero que no estás gastando al no comprar más tabaco para ahorrarlo e inviértelo en algo que realmente necesites, o incluso para comprarte un premio o capricho por lograr tu objetivo.
10. Si quieres evitar el aumento de peso debido a comer más por la ansiedad que puede generarse al abandonar el tabaco, piensa en evitar picar entre horas y aumentar la cantidad de frutas y verduras.
Aunque sabemos que no es fácil, no hay más que pensar en que hay quienes sí han conseguido dejar de fumar y en los múltiples beneficios de lograrlo para hacer un nuevo intento. Para que, tras conseguirlo, el próximo ejemplo de superación sea el tuyo.
La incidencia de la artritis reumatoide disminuiría en un 30% sin el tabaquismo
Abandonar este hábito amplía el margen de mejora.
El tabaco es uno de los pocos factores que ha demostrado influir en el desarrollo de la artritis reumatoide y, de hecho, si todo el mundo dejara de fumar, probablemente la incidencia de artritis reumatoide podría bajar en un 30%, según han asegurado desde la Sociedad Española de Reumatología (SER).
Abandonar este hábito es uno de los consejos que se han incluido en la guía ‘Aprendiendo a convivir con la artritis reumatoide’, un manual elaborado por esta sociedad científica para pacientes donde se recogen aspectos sobre diagnóstico, tratamiento, manejo de la enfermedad, consejos y recursos de utilidad, realizada con el apoyo del Grupo de Trabajo de la Guía de Práctica Clínica para el manejo de la Artritis Reumatoide (GUIPCAR).
«Se trata de un documento riguroso, veraz y que va a evitar que los pacientes vayan a buscar información en fuentes que no son tan fiables», ha explicado el reumatólogo del Hospital Universitario La Paz de Madrid, Alejandro Balsa.
Entre las recomendaciones se insiste en la importancia de dormir lo suficiente, comer de forma saludable y hacer ejercicio físico moderado, pues reduce el dolor y mejora la funcionalidad y flexibilidad.
En esta línea, es importante que el paciente reconozca los síntomas de la enfermedad, ya que hay un amplio margen de mejora, pues «el tiempo desde que empiezan los síntomas y hasta que se diagnostica podría estar entre 7 y 8 meses, y hasta que se pone el tratamiento por primera vez -en el peor de los casos- podría tardar hasta un año», según el especialista.
«Quizás lo que más falle en la actualidad es la educación sanitaria que hace que el paciente no reconozca esos síntomas o que no sean valorados por lo que esa primera parte del retraso en el diagnóstico es mayor de lo que sería deseable», ha subrayado el experto.
Sin embargo, Balsa ha insistido en la evolución y los «enormes» cambios que ha experimentado la enfermedad durante los últimos 20 años, no solo en la parte de los tratamientos sino también en la monitorización, valoración, imagen, marcadores, etc. «Es una de las enfermedades en las que probablemente más y mejor se está avanzando», ha concluido.
La tuberculosis mata a 5.000 personas cada día
Más de 4 millones de afectados están sin diagnóstico.
La tuberculosis es una de las 10 principales causas de mortalidad en el mundo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) que estima que mata a 5.000 personas cada día, unos 10,4 millones de personas al año, mientras que un tercio de los infectados, unos 4,3 millones, se encuentran sin diagnóstico ni tratamiento.
La organización, que acaba de publicar una guía ética para proteger los derechos de los pacientes, pretende ayudar a los países que aplican la estrategia contra la enfermedad a proteger los derechos de todos los afectados.
«La tuberculosis ataca a algunas de las personas más pobres del mundo, las que se encuentran en la situación más difícil», ha señalado la Dra. Margaret Chan, directora general de la OMS, quien ha denunciado la situación de vulnerabilidad de migrantes, refugiados, prisioneros, minorías étnicas, y mujeres, niños y personas mayores marginadas.
La pobreza, la desnutrición, la mala vivienda y saneamiento, agravada por otros factores de riesgo como el VIH, el tabaco, el alcohol y la diabetes, pueden poner a las personas en mayor riesgo de TB y hacer más difícil su acceso a la atención. «La discriminación y otras barreras que impiden que muchas de estas personas obtengan los servicios que tanto necesitan», ha añadido Chan.
La nueva orientación ética de la OMS aborda temas polémicos tales como el aislamiento de los pacientes contagiosos, los derechos de los pacientes con tuberculosis en la prisión, las políticas discriminatorias contra los migrantes afectados por la tuberculosis, entre otros. Se hace hincapié en cinco obligaciones éticas clave para los gobiernos, sanitarios, organizaciones no gubernamentales, investigadores, etc.
Así, aboga por proporcionar a los pacientes el apoyo social que necesitan; abstenerse de aislar a los pacientes de tuberculosis antes de agotar todas las opciones para permitir la adherencia al tratamiento y sólo bajo condiciones muy específicas; y permitir a poblaciones en riesgo el acceso al mismo nivel de atención que se ofrece a otros ciudadanos; seguridad para los sanitarios y compartir las evidencias científicas relacionadas con la tuberculosis.
«Sólo cuando intervenciones eficaces basadas en la evidencia son informadas en un marco ético sólido, y con el respeto a los derechos humanos, vamos a tener éxito en lograr nuestros ambiciosos objetivos de poner fin a la epidemia y conseguir la cobertura universal de salud», ha explicado el Dr. Mario Raviglione, director del Programa Mundial de la OMS para la Tuberculosis.
La guía «tiene como objetivo identificar los dilemas éticos a los que nos enfrentamos en la prestación de atención de la tuberculosis, y pone de relieve las acciones clave que se pueden tomar para hacer frente a ellos», ha añadido.
Fumar pone en riesgo los huesos
La Sociedad Española de Reumatología (SER) ha puesto en marcha la campaña ‘Por tus huesos, no fumes’ con el objetivo de concienciar a la població n de que el consumo de tabaco aumenta el riesgo de sufrir enfermedades reumáticas o de agravarlas en caso de ya estar afectados.
En concreto, el tabaquismo aumenta el riesgo de sufrir enfermedades reumáticas y autoinmunes sistémicas como osteoporosis, artritis reumatoide, lupus o uveítis, al tiempo que favorece que progresen las espondiloartritis, agrava la fibromialgia e incrementa significativamente el riesgo de que los pacientes con enfermedades reumáticas sufran enfermedades cardiovasculares.
“Existe un riesgo inherente debido al propio fenómeno inflamatorio de las enfermedades reumáticas. Si a ello unimos el hábito de fumar, el riesgo de sufrir un accidente cardiovascular se potencia significativamente en estos pacientes”, ha señalado el presidente de la SER, José Luis Andréu.
Por ello, esta sociedad científica considera importante que tanto estos pacientes como la sociedad en general sean conscientes de los daños que produce el tabaco en los sistemas musculoesquelético e inmunitario.
Entre sus compuestos activos, un cigarrillo incluye radicales libres que pueden llevar a la inflamación vascular o al desarrollo de enfermedades sistémicas, dos de los desencadenantes de la uveítis (enfermedad responsable del 10% de las pérdidas de visión).
Y en el caso de la artritis reumatoide, se ha demostrado que el tabaco es el principal factor exógeno que predispone a la enfermedad, y multiplica por cuatro el riesgo de padecerla, frente a población control que no fuma. “Y si hablásemos del caso de un hijo de un paciente con artritis que fume, el riesgo sería casi diez veces mayor”, ha recordado Andréu.
Asimismo, se ha observado que los pacientes fumadores con espondiloartritis presentan más lesiones en sus radiografías de columna que los que no fuman. De manera que dejar de fumar mejorará su enfermedad y, por tanto, su calidad de vida.
En otras enfermedades reumáticas de carácter inflamatorio, como es el lupus eritematoso sistémico, parece que también el tabaco es un factor relevante en el incremento del riesgo de padecer la enfermedad, y también existen múltiples estudios que demuestran que influye en la predisposición a padecer osteoporosis y, sobre todo, fracturas óseas a causa de esta enfermedad.
La mortalidad femenina por cáncer de pulmón se mantiene en la última década
El de pulmón es actualmente el cáncer con mayor mortalidad a nivel mundial, tanto en hombres como en mujeres. Tradicionalmente, se ha asociado a una elevada mortalidad en varones aunque debido al aumento del hábito tabáquico en mujeres los datos se han ido igualando en ambos sexos. Con el fin de estudiar el impacto del incremento de mujeres fumadoras, y en el marco del último Congreso Nacional de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ), se presentaron dos investigaciones enfocadas a analizar la supervivencia del cáncer de pulmón en mujeres y la evolución de las pacientes de género femenino registrada en las dos últimas décadas.
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Una de estas investigaciones lleva por título Cáncer de pulmón en la mujer. Análisis de la supervivencia según tabaquismo y su objetivo principal es analizar las diferencias entre las pacientes nunca fumadoras y las pacientes fumadoras o exfumadoras respecto a la edad al diagnóstico, comorbilidades, estirpe celular, estadio al diagnóstico, tratamiento recibido y supervivencia. “Para conseguir este propósito se analizó retrospectivamente a 129 pacientes con cáncer de pulmón, diagnosticadas y seguidas en el Servicio de Neumología del Hospital San Pedro Alcántara de Cáceres, a lo largo de 24 años. Las conclusiones principales remarcan que la mayor edad y mayor comorbilidad contribuyen a una peor supervivencia en las pacientes que nunca han fumado, siendo su supervivencia al primer año del 37 por ciento, al segundo año del 24 por ciento y al quinto año del 13,5 por ciento”, explica David Pérez Rodríguez, neumólogo, miembro Separ y primer firmante de la comunicación presentada.
“Paradójicamente, a partir de los datos obtenidos se podría interpretar que el consumo de tabaco aumenta la supervivencia de las pacientes con cáncer de pulmón, no obstante, al analizar en profundidad los resultados, es evidente que las características basales que presentan las pacientes que nunca han fumado, como son una mayor edad, mayor comorbilidad asociada y estadios más avanzados de su enfermedad oncológica en el momento del diagnóstico han sido la causa de su peor supervivencia tras el diagnóstico”, explica Rodríguez.
Otra de las investigaciones presentadas durante el 49º Congreso de Separ ha sido ¿Cómo ha cambiado el cáncer de pulmón en las mujeres en los últimos años?, realizada por Ana Gómez Larrauri, neumóloga, miembro de Separ y primer firmante de este estudio que es descriptivo y retrospectivo. Los datos se recogieron de dos cohortes de mujeres diagnosticadas con neoplasia pulmonar primaria en el Hospital Universitario de Araba, entre los años 2000 a 2002 y del año 2011 al 2013. Los resultados principales de esta investigación concluyen que no hay diferencias significativas entre los estadios operables e inoperables de cáncer de pulmón en ambas décadas, siendo el estadio IV donde se diagnostican la mayoría de los tumores.
“Aunque la mayoría de los tumores se siguen diagnosticando en el estadio IV, actualmente han incrementado los diagnósticos de cáncer de pulmón en estadios tan iniciales como es el estadio IA. Otro dato a destacar es que el porcentaje de fallecimientos por cáncer de pulmón en mujeres se ha reducido de forma significativa, de un 60 a un 31,8 por ciento, a pesar de que la mortalidad no ha cambiado”, asegura Gómez Larrauri.
Asimismo, los datos obtenidos muestran que el tipo histológico más frecuente sigue siendo el adenocarcinoma. A pesar de que las mujeres son más fumadoras en la actualidad, no se ha incrementado el porcentaje de carcinomas epidermoides ni de carcinomas pobremente diferenciados. Otro dato relevante es que la edad de diagnóstico de cáncer de pulmón no se ha modificado con el paso del tiempo de forma significativa: si en la anterior década la media fue de 62,6 años, en la presente es de 60,1 años. También se demuestra que existe un incremento de fumadoras activas aunque la mayoría de las pacientes son exfumadoras, dato alarmante a tener en cuenta de cara a las campañas preventivas para evitar el hábito tabáquico.
¿Tiene más de 40 años, tose y ha fumado? Hágase una espirometría
Esta enfermedad afecta a más de dos millones de personas en España y causa 50 muertes diarias.
Las personas mayores de 40 años, con tos o expectoración, que son o han sido fumadores deberían someterse a una espirometría para descartar enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). Según la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ), la espirometría es una de las pruebas diagnósticas más eficaces para reducir el elevado infra diagnóstico de la EPOC que en España se sitúa alrededor del 73 por ciento, es decir, que tres de cada cuatro afectados no saben que padecen EPOC.
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Una de cada diez personas de entre 40 y 80 años sufre EPOC, una patología que causa 50 muertes diarias en España. Es una enfermedad crónica que no tiene tratamiento curativo, aunque sí tratamientos que permiten reducir sus síntomas, frenar el deterioro de los pulmones si se detecta precozmente y mantener un nivel de calidad de vida aceptable. El problema más relevante de la EPOC según los especialistas de Separ es su elevado infra diagnóstico, que alcanza el 73 por ciento de los pacientes.
“El binomio tos y fumar puede parecer algo normal, un peaje por el que deben pasar la mayoría de los fumadores, pero la tos es siempre una señal de aviso de que algo va mal”, explica Juan Antonio Riesco, neumólogo y coordinador del Año Separ 2015-2016 de la EPOC y el tabaco. “Los síntomas respiratorios de la EPOC empiezan a manifestarse a partir de los 40 años, por eso nuestra recomendación como neumólogos es que si tiene más de 40 años, es o ha sido fumador y tiene síntomas respiratorios como tos, expectoración o ahogo, solicite una espirometría para descartar EPOC”.
Como consecuencia del retraso diagnóstico, cuando se inicia el tratamiento la enfermedad ya está muy avanzada y la función pulmonar muy deteriorada. “Para ello es imprescindible que las personas que forman parte del grupo de riesgo soliciten una espirometría”, explica Riesco, quien añade que “uno de los objetivos del Año SEPAR de la EPOC y el tabaco es, además de explicar la estrecha relación entre EPOC y tabaco, difundir el valor preventivo de la espirometría en las enfermedades respiratorias y, en concreto, en la EPOC”.
La relación entre EPOC y tabaco está científicamente contrastada, y hoy se sabe que el principal factor de riesgo de la EPOC es el tabaco. El 85 por ciento de pacientes con EPOC son o han sido fumadores. La EPOC puede comenzar con tos y expectoración, pero serán la dificultad para respirar (llamada disnea) y la sensación de ahogo al andar o al aumentar la actividad física, los primeros síntomas de la enfermedad.
La espirometría es una prueba que permite conocer el estado de los pulmones midiendo el aire que la persona es capaz de inspirar y espirar. La prueba consiste en respirar primero lentamente con normalidad y luego en coger y soltar todo el aire que pueda. “Es una prueba sencilla, que dura apenas 10 minutos, se realiza de forma ambulatoria y los resultados se obtienen al momento. A cambio, nos indica si la función pulmonar está alterada, lo que nos permite llegar a un diagnóstico y decidir un tratamiento útil”, concluye Riesco.
Desde nuestra consulta de Neumología en la calle Aguado 29 Gijón. Tfo 985130506. Podemos ayudarle. Diagnóstico y tratamiento de Enfermedades respiratorias. Realización de espirometrias y Pruebas con Broncodilatadores.